miércoles, 7 de marzo de 2012

DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA


La incorporación de la mujer al trabajo, aunque ayudada por los movimientos feministas que empezaron a surgir en el siglo XIX, llegó de una forma algo repentina, y por una causa de fuerza mayor: la Segunda Guerra Mundial. Y es que, mientras los hombres se dejaban la vida en los frentes, eran las mujeres quienes tenían que seguir con sus trabajos para que la sociedad siguiese siendo productiva. Así, un gran número mujeres, de los países aliados principalmente, dejó las tareas del hogar y se lanzó al mundo laboral.
Sabemos que nuestro primer Día Internacional de la Mujer tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en varios países de Europa, y que en ese primer encuentro participaron más de un millón de mujeres ansiosas por hacer saber al mundo sus reivindicaciones:
• El derecho a voto
• El derecho a la ocupación de cargos públicos
• El derecho a la formación profesional
• El derecho al trabajo y a la no discriminación por el mero hecho de ser mujer
Aunque lo anterior lo conocemos con certeza el problema surge cuando queremos saber el detonante de dicho acontecimiento, puesto que existen muchas fuentes de información erróneas con diferentes versiones al respecto.
Lo que encontramos cuando acudimos a investigaciones serias sobre este tema es que fue en Copenhague donde, en 1910, en la celebración de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, se aprobó por unanimidad el establecimiento del Día Internacional de la Mujer Trabajadora como método de lucha por la causa de la mujer. Esto fue gracias e la propuesta hecha por una mujer socialista y alemana, Clara Zetkin.
Prosiguiendo con la historia de la lucha de la mujer, y dejando ya polémicas a parte, tras el éxito del primer encuentro más países fueron sumándose a la manifestación pública sucedida. Rusia lo hizo en 1913, y en el resto de Europa se llevaron a cabo mítines de apoyo a la mujer y en contra de la guerra (Primera Guerra Mundial) en 1914 en fechas cercanas al 8 de marzo.
Fue el 8 de marzo de 1917 en Rusia donde, como consecuencia de la escasez de alimentos, las mujeres se amotinaron. Este importante acontecimiento marcó el comienzo de la Revolución Rusa, que derivó en la caída del Zar y en el establecimiento de un gobierno provisional que por primera vez concedió a la mujer el Derecho a Voto. Por la relevancia de este suceso, y sobre todo porque fueron las mujeres quienes lo llevaron a cabo parece ser que se situó definitivamente en el día 8 de marzo del calendario gregoriano el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Ya en 1920 en Estados Unidos se logra la aprobación de la Decimonovena Enmienda de la Constitución Estadounidense por la que se otorga a las mujeres el derecho al sufragio en este país.
La situación de la mujer ha evolucionado de manera vertiginosa desde que un millón de mujeres se reunieran el 19 de marzo de 1911 para reivindicar públicamente lo que por naturaleza les correspondía, pero no debemos olvidar que un siglo después aun hay objetivos que no se han logrado, como la no discriminación de la mujer en el trabajo. Es por esto que no debemos relajarnos ni conformarnos, especialmente el día 8 de marzo. Debemos no ser conformistas y recordar que esta es nuestra causa, y que ningún organismo oficial va a defenderla con más garra que nosotras mismas. Podemos hacerlo desde nuestras familias, amigos y trabajo, y sobre todo recordando que lo tenemos mucho más fácil actualmente ya que otras han superado muchas dificultades a lo largo de la historia.

JESÚS VENTURA VÁZQUEZ MARISCAL

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